Hola de nuevo!! Hemos estado un poco distantes las últimas semanas, pero afortunadamente ha sido por mucho trabajo! Tenemos dos grandes proyectos aún en fase de diseño y acabamos de entregar un par más, ya pronto les compartiremos fotografías.
Éstas semanas nos han servido además para leer un par de libros buenísimos que debo confesarles son la cereza del pastel para un buen diseño de interiores:
-La magia del orden
-La felicidad después del orden
La escritora Marie Kondo ha creado un sistema increíble para almacenar todo el hogar en el lugar y la forma correcta, y si lo seguimos al pie de la letra nuestros espacios se ven simplemente de revista!
A nosotros nos corresponde hacer el diseño de interiores, elegir el mueble más apropiado, conseguir los textiles más impactantes para cada espacio, los tapetes más cómodos y los accesorios más lindos, pero nada de esto sirve si tenemos un espacio desordenado. Me ha tocado que hemos hecho cambios increíbles en algún espacio pero al tiempo que vamos de visita lo encontramos sin forma, y es que a pesar de tener la sala más linda o la cama más cómoda, eso no nos asegura el mejor espacio. Es por eso que con los ojos cerrados les recomiendo éste libro, las bases son completamente sencillas y bastante explícitas. Por ejemplo, los vestidores son un área de las casas que me apasiona diseñar, me encanta soñar donde irá ese par de zapatos de mi cliente o ese vestido, y la verdad es que si siempre se conserva en perfecto orden será un espacio de envidia. En el libro nos explica KonMary (que así se hace llamar ésta gurú del orden) cómo colgar, como doblar y cómo aprovechar hasta el último rincón de nuestra casa.
Los libros de Marie Kondo se pueden leer fácilmente en 2 o 3 semanas y empezar a hacer los cambios por áreas, yo llevo un mes haciendo cambios en casa en mis tiempos libres y cuando mi bebé me lo permite, y sinceramente ya entro con gusto a todos los espacios!
Quizá la felicidad de tener un diseño de interiores apropiado en casa es increíble, pero sin duda en el día a día la verdadera felicidad está después del orden que le damos a cada espacio.